El presidente Alberto Fernández protagonizó un tenso cruce con el diputado opositor Fernando Iglesias durante la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación.
El mandatario estaba criticando en duros términos a la Corte Suprema de Justicia cuando fue insultado a los gritos por Iglesias. Fernández detuvo su discurso y chicaneó al legislador nacional: “Es un honor”.
El tenso intercambio se produjo segundos después de que el jefe de Estado cuestionara al máximo tribunal del país por fallar en contra del gobierno nacional en el conflicto de la coparticipación que reclamaba la ciudad de Buenos Aires.
Los dichos del presidente que desataron la furia
“La ciudad de Buenos Aires no tiene derecho sobre esos recursos. Debe recibir lo que el Estado Nacional le transfiere para un servicio que hasta ese momento prestaba”, exclamó el presidente.
Y sentenció, con la verba inflamada: “Esa decisión es parte de la gestión administradora del Poder Ejecutivo Nacional y no puede ser sustituida por otro poder de la república. La intromisión de la Justicia en la ejecución presupuestaria es definitivamente inadmisible”.
Las palabras de Alberto Fernández provocaron un atronador aplauso por parte de los referentes del Frente de Todos que se encontraban en el recinto.
Sin embargo, también despertaron la furia de los representantes de la oposición que, desde sus bancas, profirieron sendos gritos para mostrar su malestar con lo dicho.
Uno de los más vehementes a la hora de expresar su opinión fue Fernando Iglesias, que no paró de gritarle al Poder Ejecutivo, impidiendo que continúe con su discurso.
Fue entonces cuando Fernández paró su diatriba y le replicó al diputado de Juntos por el Cambio con una filosísima chicana, que no hizo más que enardecer al aludido.
“Es un enorme honor. Insúlteme, es un enorme honor. Me enorgullece. Voy a seguir por respeto al resto de los diputados”, dijo antes de proseguir.
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